En fin, una noche no bastó y el tiempo rápido transcurrió para que en tan sólo unas horas la calidez de la luna nos buscara, encontrara y refugiara bajo el manto obscuro del cielo amable que nos contempla.
De ese modo, si hasta los astros nos dirigen y nos encuentran en un lapso pequeño de tiempo, debo agradecer al destino que, aún en la distancia, construye sin medida alguna un sin límite de ocasiones para hablarte, interrumpirte y robarte el sueño una vez más...
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